"...tengo una alfombra de jornadas y el tiempo hecho pelusa, de tanto enredarse en esa sensación pegajosa de la nada."
Comentario poemado de Noviembre 2008, escrito por J. de la Vega Z+-----[Poemas bajo tu balcón]


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Folio 1- Capítulo LXXV Donde se cuenta de cosas sucedidas y acontecidas en el famoso y nunca visto entierro de don Quijote.

Sentados en la cocina hablaban los albaceas, y habían sido requeridos por el señor cura para mejor opinión sobre un asunto delicado tanto barbero como Sancho, el cual con ánimo descompuesto se sentó cerca del hogar con el rostro entre las manos, pero pronto animado por los olores de la olla podrida, despuntó instintos y extendió el brazo hacia el cazo que servía para servirla.

Cuestionaban la cabeza del testamento, que una vez reparada en ella y cavilada, le ofreció gran duda y desasosiego al cura, porque es allí donde con católica voluntad se hace protestación de fe, encomendación del alma, señalización del lugar de sepultura, hábito mortuorio y número de misas a celebrar la salvación.

Y en leyendo para sí mismo con dificultad lo escrito por el escribano y solicitado por el bueno de Quijano antes de su muerte, al llegar a cierto punto en voz alta dijo:

amortájenme con el hábito de la orden que profesé y por la que ofrecí mi espíritu, como hiciesen con los de Calatrava, Santiago y Montesa, aunque desaparezca la mía conmigo por ser humilde hidalgo y pobre como aquella de la Banda ya olvidada”.

Rogaron la lectura de nuevo, y al bachiller Sansón Carrasco que les diese cuenta de las órdenes mencionadas, que él bien todas las conocía y después mantuvieron el silencio pensativos, mientras Sancho comía y de buen seguro que discurría a dos carrillos.

- Si algo entendí de lo escrito, y poco sé de órdenes tan católicas- habló el barbero a media voz para no ser oído más allá de las puertas- lo que pidió don Alonso, qué el Señor le tenga en su gloria, fue el ser enterrado con armadura de Quijote y bacía de cirujano.

- Si así se interpretase, no sería cristiano, que así fuera, aunque escrito lo pareciese, increpó el cura, ya que nuestro difunto disfrutó sus últimos días de cordura y renuncia a lo que fuere en mala hora, además, una saya de franciscano, vestiría la dignidad propia de un buen hombre y su buen nombre; que bien sería para el recuerdo de los suyos y para el gusto de la santa madre iglesia y de la aldea.

Sansón Carrasco, añadió recordando las palabras de su amigo en el lecho de muerte, - también fue su deseo último, el no dar pie a nuevos Quijotes merodeando los caminos, que ya los hay en malas copias e impresos en las verdaderas, y enterrando a Alonso de Quijano en armadura de Quijote, ambos descansarían en paz, cuerpo y locura, reposando la tierra de la Mancha sobre ellos, la misma donde nacieron, que siendo dos fueron uno, y tener cristiana sepultura y epitafios, calmará futuros duelos y memoria histórica.

Razón tiene el Bachiller - dijo Sancho aún relamiéndose una cucharada de la olla - que verdad fue el caballero de la triste figura como su escudero, y solo las verdades van lejos y vuelven, como nosotros regresamos, prueba soy dello.
Y por ello y en mesmo cuerpo y modo, debiese descansar en campo santo mi señor don Quijote, con las armas a las que tanto brillo dimos y tanta penitencia ofrecióles, que cavó con ellas su propia tumba por el bien de los desfavorecidos, y que solo la desproporcionada lucha con el caballero de la Blanca Luna y la mala atadura de unas cinchas, hundió de rodillas a un gigante; maldígole yo mil veces al reatador y allá donde se halle tenga suerte más clisada y menguante que la que provocó a mi Señor.

Empalideció el Bachiller con las palabras de Sancho y por un largo momento tuvo que tomar asiento, acudiéronle el cura y el barbero que eran sabedores de la treta que retornó en vida a su paisano y en agonía de muerte al caballero andante.
Diése cuenta Sancho del estado de Sansón Carrasco y añadió - no se decaiga vuesa merced en melancolías que lo triste no es visitar el cementerio con el muerto sino quedarse.

Entró en la casa del difunto a gritos Sanchica, como si la persiguiese el mismísimo demonio, con el rostro tan descompuesto y los hábitos tan revueltos que pareciese verdadero que la siguiese.
No pudo frenarla ama ni sobrina que velaban y lloraban el cuerpo y fueron vecinos con dificultad quienes la sujetaron, porque habían acudido a la casa del hidalgo en cumplimiento de condolencia, con abundantes viandas desde el mismo instante de su último suspiro.

¡Padre! ¡Padre! ¡qué vienen los vencemues y satamases!- gritaba la zagala, y tan fuertes eran los gritos- que no solo Sancho, sino todos los de la casa fueron al encuentro de la alterada niña, - Padre- continuó Sanchica al ver la figura afectada e inquisitoria de Sancho - por el camino del arroyo, donde llevo los puercos a la rebusca de las sobras de las huertas, desde allí, óyense unos cantos que de tanto en tanto repiten:

Buscando fiera espada
de Matamba a las playas de la Osuna

Quijote la quijada

que empuña mi fortuna

y la Mancha las aspas que le encuna

Y subiendo da lo alto de la cima las tres croces, se divisa el camino lleno de un gentío que mesmo seguro que llega del infierno, porque son filas de negros gigantes que con hachas de fuego brillan como brasa encendía y cargan en un carro sin ruedas a una virgen viva, medio en cueros, más blanca y dorada que la de latar de la igresia, y tanto es el ruido de tambores y tan extraño y nunca oído, que me oriné encima de los miedos de verlo y sentirlo, míreme las calzas si no me cree, padre.

Y debía ser cierto, que hizo aguas menores y mayores, que levantando la falda, la peste obligó a todos a dar dos pasos atrás y taparse las napias con asentimiento de cabeza.

- ¡Ay mi Señor cura!, oremos todos, que a poco que sea cierto lo dicho por mi hija, mal me huele que estos son los magos encantadores que sabiendo de la muerte de mi Señor Don Quijote, vienen a llevárselo, que muchas son las cuitas y venganzas pendientes con mi difunto amo, y no les parará la muerte, que hasta la muerte todo es vida; y al cuervo no agrada el asno vivo sino muerto; y la inmaculada virgen debe ser el espíritu carnal de Dulcinea, que fuese cierta y desencantada y que viene a pedir lo que es suyo y de mí el lomo; y la llevan a su fuerza o gusto, para resucitar del mesmo cielo a su único enamorado y caballero.

- Calla Sancho, por el respeto a nuestro amigo y no proclames blasfemias, que está la casa llena y Alonso de Quijano el bueno de cuerpo presente, y todo lo que Sanchica dice, si fuese en verdad visto, ha de tener una explicación y un fundamento que no sea la saeta de sandeces que tu mal dices, que la muerte de tu señor te ha terminado de sorber el seso, si algo te quedaba con todo lo sucedido.

¡Vamos amigos y vecinos, todos al camino a recibir a esa procesión!, y a mostrarles mejor paso que el que llevan, que no es oportuno romper el duelo propio con quebrantos forasteros ni liras nuestras.

pasa al folio 2


Así transcribimos más mal que bien, la primera página en la primera folia que compartimos mi vecina mora y un servidor de ella, que siendo de mucho contento por lo nuevo, fue lento hasta que se lubricó el modo por donde adentrar en lo que teníamos que juntar sus labiados decires y mi iniciada lengua, que no todo es fácil aunque el modo por lo natural, sea intuido y natural se ofrezca, ya que a labios sellados según nacieron, necesario es abrirlos, y evitar no dañar el sello solo se consigue calentando hasta que funde y en rojo la cera dada, sangre a parezca.

Suyo,
J. de la Vega Z+-----







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15 esgrimieron la palabra +-----:

Merche Pallarés dijo...

¡Qué bueno su Cap. LXXV! Parece Cervan "mismamente"... Espero ansiosa el LXXVI, así no se acabará nunca nuestro Quijo. A ver qué más le traduce su morita... A sus pies, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué sutileza cervantina, querido Sr. de la Vega. Apunto yo el lunes próximo que quizá haya mucho de lo que se trascribe en el ítem no puesto por Cervantes pero sí expresado en su entrada. Quizá sólo renunció a las caballerías para pasar como prudente y poder hacer testamento. Tendremos que levantar la losa en donde yace enterrado.

Gizela dijo...

Mi queridisimo Don De La Vega
De pasadita con retraso por esta cueva
Leída la anterior entrada y arrimando de lado mis celos, déjeme decirle que esa mora tan especial, en belleza y cultura, es lo mínimo que merece el genial sin mascara, al que no conozco los ojos pero si desde hace largo rato... su alma


Lavapies?
Espero que no se mude tan pronto
Suelo ir mucho por ese barrio...tal vez ahora que es usted vecino y feliz enamorado, algún día se tropiece conmigo y me invite un café jajaja!!!!!!
Por ahora sigo disfrutando su estilo cervantino y corro a ponerme crema en los talones, después de leer esa descripción tan bella... de pies de cristal Uffff!!!!!
No vaya ser que me toque encontrarme con algún nuevo vecino en mi portal, cuando regrese a Madrid jajajaja
Besotessssssssss

Señor De la Vega dijo...

[Merche Pallarés] Tiene razón mi Señora Merche, me parezco en mis modos de escritura al quioskero Cervan de Cuéntame Cómo Pasó, aunque ya me gustaría tener el arte y energía de Tony Leblanc, actuando.

No quiera pasar tan rápido de capítulo, que no acabamos con el primero, al menos el único numerado, porque detrás del 75, hemos traducido foliando y foliando folios, pero nunca leímos capítulo 76 en los encontrados, aunque aparecen llenos de misterios los cartapacios, y quizás la clave está en las anotaciones de los márgenes, que fueron sobrescritos, con cifrado.

Besos y Suyo, Z+-----

Señor De la Vega dijo...

[Pedro Ojeda Escudero.] Mi querido Señor Don Pedro,

Leeré, como siempre, con esmerada atención sus comentarios, que tanto me han enseñado y siguen enseñando.
El que coincidamos, será seguramente, porque estamos leyendo el mismo libro, y aunque hay muchas sutilezas en el clásico cervantino, siendo sutiles ambos nos encontramos sutilmente.

Estoy de acuerdo con levantar la losa, pero le diré más, es un acto de memoria histórica, porque solo en la autopsia podremos estar seguros de saber, si murió como caballero o como Alonso, como andante o como postrado hidalgo, como loco o como bueno, uno encima del otro o abrazados.
Suyo, Z+-----

Señor De la Vega dijo...

[Gizela] ¡Qué placer leerla!
Espero que esté plena de salud y energía y con inspiraciones poéticas redimidas.

Me alegro que admire a mi nueva vecina mora, esencia de las esencias orientales, desde cualquier punto de los cuatro puntos cardinales.

La cultura de la mora es extraordinaria, su fortaleza y su belleza, un trinomio en el cual me siento como pulpo a la gallega, sobre todo cuando me es-polvorea con picante páprika.

No es el barrio de Lavapiés el de antaño, pero casi nada en Madrid, es como era. Si me la cruzo a usted paseando, ya que yo sí que la reconoceré, le guiñaré un ojo y la invitaré a un té moruno (si me acierta) a cambio de mi alma.

La erótica de los pies es fundamental, le recomiendo que use crema contra las grietas y anule las durezas con pómez y exfoliante (a falta de caminatas en las playas caribeñas), porque unos pies perfectos hablan de lo tierno que se pisa.

Besos y placer en tenerla tan divertida de nuevo, en mi templada cueva, Suyo, Z+-----

Teresa dijo...

¡Ah Barrabás!
que me engañaste
que no eras Lope
sino Cervantes

Lubrique usted su sesera
y escriba de esta hábil manera
que a mí placer me produce
aunque con la mora se luce

Un besazo le propino
y como la Sanchica
¡me orino!

Señor De la Vega dijo...

[BIPOLAR]

Señora Bipo no dude un instante
que gozo de otOño y fruto de Mora
también de ese higo que mi Vega adora
y esencias de azahar de ácida amante.

No soy Cervantes, menos Rocinante
ni un Midas Lope que todo lo dora
mejor que ellos dos seré desde ahora
soneto o novela mi arte es gigante.

Usted que lo sabe y a nada se inclina
si rima en mi cueva, es porque en su seno,
sueña con mi verbo y espada imagina.

Vanidad orgullo altivez sin freno
sólo así es posible elevar la cima,
nube que se admira, al sentir mi Trueno.


Jesús de la Vega

Humildemente Suyo, Z+-----

Teresa dijo...

¡qué raza!

Anónimo dijo...

Buenas noches, Señor De la Vega:

Su capítulo LXXV, es tan real que bien pudiera utilizarse para una representación teatral, en la que no se ha olvidado ni un detalle. Con el ‘casting’ de actores, ha previsto también el tono de voz para los apartes, los textos exactos, el vestuario, la ambientación y decorado,...y ¡hasta el servicio de ‘catering’!. Todo parece sacado de la vida misma en circunstancias siguientes a cualquier capítulo 74, es decir, cuando se ha producido un fallecimiento y hay algo para repartir.
Siempre hay reunión de albaceas, ‘el cuervo’ de turno -que nunca falta con preferencias tan bien descritas por Sancho-, cura, barbero, Bachilleres Carrascos -que empalidecen con motivos al escuchar maldiciones inocentes, ...y los invitados al ágape, claro.

En cambio, si me permite una opinión, la irrupción de la Sanchica en la escena, me parece que sobra; parece un ‘remake’ –anacrónico- de la niña de ‘El exorcista’. ¿Es un cameo que se le ocurrió introducir para entretener? .

Tengo unas ideas en la cabeza sobre Cervantes, que pasaré de mi pensamiento al teclado si me dice que le interesan un poco.

Saludos. Gelu

P.D.: 1.-¡Estupenda -como siempre- Bipolar!. Y a usted en la réplica, se le nota más contento, desde hace unos días. Seguro que también se le translucirá la felicidad en el gesto de la cara
2.- Correcciones en mi texto, léase,
a) reparto por ‘casting’
b) Ídem, viandas por ‘catering’
c) Ídem, versión moderna por ‘remake’
(Es lo que ocurre por ver tantas películas americanas.)
3.- Ah, y "CUERVO", debe ir con mayúsculas.

lichazul dijo...

de la vega

tenga una semana preciosa y productiva
muchas gracias por su huella siempre tan hermosa

del quijote no digo mucho, pienso que su autor fue un chispazo genial en visión y en trabajo lógico
un gran narrador que hasta nuestros días nos seduce con su trabajo.

besos para usted señor del antifaz

Señor De la Vega dijo...

[Anónimo] ¡Pardiez, que no me lo explico! mi Señora Gelu, que no le gustase la entrada en escena de Sanchica, perseguida de demonios, yo casi me cago.

Pues tiene más escenas en los siguientes folios la chiquilla, y por desgracia para su gusto Doña Gelu, me encontré los escritos y en arábigo, aunque no parecen ramake de nada, sino originales de un genio medio loco.

Por mí, cambiaría alguna cosa, y que así lloviese a gusto de todos, pero mi mora, se niega a modificar un ‘alif’, y créame que la temo en buena hora, que si me endiña me desgracia la vecina.

¿Ideas sobre Cervantes?, mire que no se le ocurra criticar al genio, que es tabú en las comunidades de lengua castellana y más o menos intocable como Mahoma, a ver si por ello le cae a usted una fatwa de la Academia, qué haberlas hailas.
Saludos y suyo, Z+-----

Señor De la Vega dijo...

[elisa...lichazul]

Mi Señora Elisa espero que la semana sea todo lo reproductiva que me dejen.

Tiene razón en pasar de puntillas sobre el Quijote, narradores hay muchos y nosotros los mejores, o en proverbio castellano, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, y yo si pudiera, comerme su dulzura de mil amores.

Besos y otra sonrisa para Usted,
Suyo, Z+-----

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Mi querido Sr. de la Vega: Vengo a recordarle que, por su manía del anonimato o, al menos, del refugio en la cueva-balcón, se pierde usted la comida quijotesca de mañana.
Tendremos un brindis a su salud de todas las maneras, no se preocupe.
Saludos.

Señor De la Vega dijo...

[Pedro Ojeda Escudero] Mi Señor Don Pedro,
Dolor de mi panza y corazón, no poder compartir con ustedes las viandas, pero le diré que como Jesús de la Vega, no soy anónimo, que bien público es ya mi personaje, después de más de tres años; anónimo es El Zorro, pero nunca ocultó mi alterego en esta cueva, nada de su ser y solo su rostro, poca cosa, para tanto desnudo de sentimientos.

Ambos fuimos invitados a la comida mañana con compañeros y lectores de su Acequia, y así lamentamos nuestra esencia de personajes y no ser personas más allá de este medio.

El que escribe, no es público y con ello ni siquiera se pronuncia, poco de lo público sabemos de Cervantes por ejemplo, aunque intuimos su presencia a leer su obra, fueron públicos y no anónimos su Don Quijote, su Sancho Panza y tantos otros, y a través de ellos el diálogo se acota a lo leído, por desgracia, porque nos dejaron hace más de 400 años.

No acotaré yo el mío, y espero dialogar largo y tendido con la extensión de la palabra y la ayuda del tiempo con cada uno de los compañeros de la Acequia y seguir comentando hasta mi último suspiro.
Abrazos y besos para tod@s, disfruten de esa olla, yo brindaré por el que vino.

Suyo Z+-----