"...tengo una alfombra de jornadas y el tiempo hecho pelusa, de tanto enredarse en esa sensación pegajosa de la nada."
Comentario poemado de Noviembre 2008, escrito por J. de la Vega Z+-----[Poemas bajo tu balcón]


Aquí esgrime el Zorro+-----[SoneZtosII]+[PoetiZandoFeisbuk]+[LaSima de los Vuersos]+[DiarioÐLolita]+[Balcones]+[ZVisión+-]+[MemoriasLiteratura]+[Ilusiones]

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La Z y las Erres de El Zorro, Señor del Carnaval

Después del extracto referencia, El Señor Zorro esgrime su autodefensa, para que en justa contienda sea limpiada la afrenta...

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Estos son los párrafos inicial y final del artículo de Rafael Rodríguez Cruz
rguayama@aol.com
IDEOLOGÍA Y MEDIOS- Las erres de El Zorro
Publicado el 24 de Mayo 2007, en Indymediapr.org

"El Zorro anda en estos días tan popular como la gasolina. No se trata solamente de las dos películas de Antonio Banderas; ahora, hay una telenovela y un libro de la escritora Isabel Allende. Penguin Classics, en Estados Unidos, acaba de publicar una nueva edición de La marca de El Zorro, con una introducción que valora las supuestas aportaciones de la leyenda a la cultura mundial. Varios profesores de universidades en Estados Unidos le confieren status de disciplina académica. Pero, ¿quién es en realidad El Zorro? La respuesta no es tan obvia como parece. Tras el rostro de Don Diego de la Vega se esconde algo mucho más siniestro que un simple enmascarado vestido de negro. El Zorro, como veremos en este artículo, es la historia de un casorio de conveniencia entre la literatura comercial estadounidense y el negocio de fabricación de ideología racista para el mercado de entretenimiento. Tan efectiva ha resultado esta empresa perversa del capital, que hasta muchos hispanos gustan de la historieta y no faltan quienes ayuden a diseminarla."...

"
No es fácil la tarea de aclarar el modo en que opera la manipulación ideológica en una sociedad tan cargada de racismo como Estados Unidos. Los halagos casi siempre vienen cargados de veneno. California, recordemos, era parte de México para la época en que McCulley ubica los hechos ficticios de la historia de El Zorro. Poco después, en la década de los cuarenta del siglo XIX, se da el desplazamiento violento de los pobladores originarios por las hordas de emigrantes anglosajones. No faltaron los linchamientos. Considerando además el contexto histórico de 1919 –los tiempos de la Revolución mexicana-, es poco probable que McCulley desarrollara sus escritos buscando superar los prejuicios y estereotipos raciales que imperaban en contra de los hispanos en Estados Unidos. La primera versión de La marca de El zorro, aparece pocos meses después del asesinato de Zapata. El interés de McCulley, como el de algunos periodistas de su tiempo, era lucrarse personalmente con una fantasía racista sobre los grupos de origen mexicano; entelequia comparable a la que ocurre con Uncle Tom y los negros. El Zorro de McCulley sonará hispano con sus erres, pero no lo es. Nada tiene que ver con nuestra cultura o visión de mundo. Sus erres son de racismo y rechazo, no de respeto y de reconocimiento. Cabe pensar aquí en las palabras de Martín Fierro cuando, al hablar de los falsos halagos de los ricos y poderosos, nos dice: “En su ley está el de arriba si hace lo que le aproveche: de sus favores sospeche hasta el mesmo que lo nombra: siempre es dañosa la sombra del árbol que tiene leche.” (José Hernández, Martín Fierro, 4845)."
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Mi señor Don Rafael Rodríguez Cruz, incluyo solo el principio y final de su artículo, en mi blog, porque es muy extenso, y tomándome la licencia de su permiso, envío varios enlaces desde mi página a la suya de Indymedia, para quién visite, mi humilde cueva y le interese, contrasten la historia mediática de mi personaje, con su extensa y documentada crítica, que incluye a El Zorro (personaje), creadores, promotores y difusores de la imagen del enmascarado californiano.

Pero me toca, con honor y privilegio, defender a El Zorro +----- frente a usted, porque me cubre su máscara y sería poco leal y falto de honor, el no hacerlo.

Primero le diré, que a pesar que me vestí de Zorro en mi blog, en Noviembre del 2007, por pura casualidad, ya lo había hecho de niño muchas veces por puro juego; y de adulto, también con gusto, en mi romántica imaginación, de la cual peco.
Hubiera deseado encontrar su artículo rápidamente,
al repasar la historia y vestuario del personaje que asumía, para crear la identidad bloguera; pero ocurrió, la lectura del mismo, hace solo unos días, aunque yo entiendo, que no existe contradicción entre la expresión de mi Zorro y el compartir planteamientos que usted defiende, de los cuales algunas cosas para mi, eran desconocidas, otras intuidas, muchas descartadas, tantas obvias. Y además dicen, que nunca es tarde si el encuentro es bueno.

También a quién me lea, recomiendo que repase con atención todo su escrito, pues no sería justo, fijarse solo en el mensaje de su primer y último párrafo, siendo su crítica más compleja y desarrollada, aunque a mi parecer con premisas y conclusiones de poca fortuna sobre un icono inocente, y no caballo de Troya, como sospechase el personaje también ambivalente y mito, Martín Fierro, de lo creado por el hierro o la pluma, de un capital interesado. (Como ve, uso la grafía y fonema de la doble erre, con soltura; la Z con sonoridad Española).

Pues empiezo, por lo que creo, llama a mi defensa, y que no es otra cosa que su ataque al personaje, ya que puedo coincidir en su crítica al creador, a los promotores, a los difusores, e incluso a la sociedad que representa. ¿Pero al El Zorro?
McCulley, por razones literarias frustradas, económicas o de reconocimiento, la verdad es que hoy pienso que interese poco, tuvo la inspiración y la sensibilidad suficiente, para sugerir un personaje atractivo y ecléctico, único en su estilo, partiendo de intuiciones y estereotipos de su época, sobre California, el mundo hispano, una historia por él, conocida parcialmente y la ciudad de los Ángeles de su tiempo.
Y consigue un pleno, ese acierto seguramente es la conjunción de su relato (cóctel original, sobre ingredientes casi todos existentes), del nacimiento de Hollywood, de la multinacional Disney con su estrategia sincretista, y de muchas más coincidencias e intereses, de cada periodo por el que cabalga El Zorro.
Usted se centra en esos intereses que empujan al personaje y lo convierten en un fenómeno de masas, usado según revela en su análisis, para domar y aleccionar a las masas, de hispanos, o abrir cuota de mercado.

Pero, ese fenómeno de masas, no sucede premeditadamente por ninguna mano poderosa, eso tiene su origen, en que El Zorro por su acertada combinación, conecta con el lector, con el espectador, con el televidente, con el niño y con el adulto, con los hombres y las mujeres, con los hispanos y con quienes no lo son.
El Zorro escapa, nada más nacer como por arte de magia y como si fuera raposa, de su alterego de la Vega, de sus haciendas, de su clase y casta, para ser adoptado sin miedo, como lo que es, una máscara de carnaval por todo el mundo que lo mira; qué más que luchar, como un guerrero, contra el malo, se burla de él y lo ridiculiza; por eso gusta, por eso es atractivo.
La idea de un senor Zorro, como lo menciona McCulley, embauca a todos y todas, a los que defiende y a los que humilla, y su pantomima, a diferencia de otro héroe, la puede vestir cualquiera, convirtiéndose en universal.
Sí, hoy los niños pueden comprarse el traje de Spiderman, pero cualquier otro niño sabe, que nunca subirá un muro vertical como una araña, ni lanzara tela, ni tendrá un oído sobrenatural.
¡Ja ja! pero de El Zorro, niños y adultos se disfrazan, señor Rafael, hasta usted podría vestirse y ganaría en atractivo, gracias a la sensual máscara, porque el negro sienta bien, porque la espada y el látigo, usted no sabrá utilizarlos, pero en realidad ya nadie sabe y con nadie tendría que batirse, y si lo hiciese a lo mejor ganase. Es contra el poder abusivo, quién se enfrenta El Zorro, lo hacemos en cualquier manifestación en nuestros países, enmascarados en la multitud; ¿seremos por eso todos Zorros?
Y sin embargo, puede seguir siendo usted mismo, como Don Rodríguez, y también si quiere, misterioso y embaucador, dejando en ridículo a cualquier malhechor, al menos con su palabra, con sus Zetas, escritas donde más vergüenza causen, con la máscara de la letra, en negro sobre blanco y montando caballo o virtuales indymedias.

Ese efecto en los seguidores, no lo calculó McCulley, fue usado después por el autor, y por los promotores del personaje, pero también de ellos escapaba una y otra vez, por eso lo han raptado mil veces como perros, buscando llegar a las sensibilidades que los diferentes públicos estaban incorporando, en el tiempo y en el espacio, y no hay dos zorros iguales, en la pantalla, y hasta en las historias de McCully se transforma, como usted mismo menciona.

Se refiere en su análisis exhaustivo, de los modos representados y las palabras, en obra y películas, en series y secuelas literarias; ¿pero quién recuerda, nada de eso?, al final, si preguntase a los niños y adultos seguidores de El Zorro, cada uno le describiría algo diferente, modificando al señor de negro con algo propio, no sabrán decirle incluso, si existió o no; mucho menos quién fue su creador o de dónde.
Como hablaba el inglés, será importante en Norteamérica, pero ni siquiera de eso estoy seguro, desde luego en el resto del mundo, si hablaba con correcto acento la lengua de Shakespeare o mal, nunca fue motivo de sugestión, pues en España hablaba español, primero de doblador latinoamericano, seguramente puertorriqueño, después con acento de la mancha y en Italia, italiano y en Francia, francés, etc. y en todos los países tenía mayor fortuna pronunciando la Z y la doble R de los fonemas españoles usados en el enmascarado Zorro, ¿a quién le importa?, solo a Isabel Allende para esgrimir su prólogo y venderlo en todo el mundo.

¿Racista El Zorro?, no tiene sentido ese calificativo al personaje, un personaje racista tiene que transmitir ese rechazo para serlo, sin duda la época era racista, la clase social a la que pertenecían los de la Vega, quizás los que escribieron las historias o los guiones, encubiertamente la Disney, a lo peor los que produjeron las películas, posiblemente McCully, con seguridad tantos americanos y europeos.
¿Pero... El Zorro, ni lo fue, ni se atreverían a enmascararlo de racista, como mucho clasista y caballero?
¿Pero acaso no sugiere todo lo contrario, vestido de negro y sin rasgos identificables?
Sabemos que es, en parte, de origen caucásico y hacendado hispano, porque existe De la Vega, pero en la noche donde se mueve y los caminos, olvidando lo que aprendimos como lectores privilegiados, podría ser negro o chino, indio o marciano, además de un guerrillero anti-imperialista o un ladrón de caballos.

La figura de El Zorro es tan absorbente que los demás personajes se convierten en escenario. De hecho al primero que anula es al propio Diego de la Vega, aunque se necesiten y jueguen esa dicotomía perfecta; el físico que usted observa como tan importante, queda anulado por la máscara, y no es de extrañar que los actores prefiriesen y prefieran hacerse ver sin antifaz de negro, pues con ella si son bien parecidos, pierden, y gana El Zorro, con lo que se convierte en estrella la máscara y no ellos.
¿Habría algo más humillante para un racista narcisista blanco, qué desaparecer bajo un dominante perfil negro?

A la vez el personaje enmascarado se enriquece, porque absorbe las virtudes de Don Diego, suavizándole, no es alguien que de miedo, ni una maldición, sino una bendición, un hombre bueno para el débil frente al poder y "Curse" para el corrupto o cruel, ¿existen poderosos que no lo sean, sugeriría el lector inteligente, al menos que sea un aberración como Diego Vega?.

Todos desconocerán quién es El Zorro, excepto los espectadores que lo saben, y se descubre su presencia, no solo, porque viste máscara y negro, sino por sus acciones, por su compromiso, porque está, contra el despotismo y el abuso de poder; porque, no es cruel, porque es gracioso y es atrevido, honorable y astuto, precavido, hábil, cortés, misterioso, atractivo, casi invisible y deja su marca.
Ese logro, de integrar la denuncia en la marca, como por ejemplo una Z, diciendo "has abuZado y eso debe ser público y condenado", es original, porque su uso, estaba reservado a otros orígenes bien diferentes, como marcar la propiedad, o marcar al esclavo, pecador o delincuente. Pero si marcas al que administra justicia o al juez, significa que la sociedad se revela, así cualquiera lo entiende. Asumiendo por ello El Zorro un papel de justicia social, por el conocimiento de una moral más allá de los abusos y contra los modos despóticos de los gobernantes.

Por su puesto no nace como revolucionario, ni lo es, defiende solo los valores establecidos por la moral existente, casi caballeresca, por los conceptos de honor y justicia en los que su familia y clase han vivido. Pero defiende valores de honor y honradez, rompiendo ese mismo orden establecido, de una manera anárquica original, divertida, transgresora, alternativa a lo visto por entonces.
A la vez Don Diego de la Vega, eleva valores denostados como la diversión, el ocio y el arte, sin preocuparle cumplir con lo que la tradición y usos exigen, de la clase social a la que pertenece, además rechaza la violencia, la lucha, algo inverosímil para un hombre del momento, incluso el matrimonio concertado. ¿Por qué eso? ¿Y por qué funciona tan bien? Un afeminado como caballero... es lo que parece, Lolita es más machista, más tradicional que el Señor de la Vega, y excepto por su posición, lo demás de él no le interesa. Diego representa y actúa con valores de trovador, género femenino, voz crítica y ojos de espía; a la vez, todos los lectores o espectadores disfrutan con ello, porque saben que esconde el resto de virtudes bajo máscara. Llegados a este punto, hombre o mujer se pueden poner el antifaz y ser El Zorro +-----, en mi blog por ejemplo, se da por hecho que soy un hombre, pero nada hay que lo acredite.

Y no es revolucionario, solo un justiciero, que persiguiendo abusos, evita movimientos sociales contra el sistema, digamos, que en ese sentido, formaría parte del sistema, como una válvula de escape a la presión, y así yo creo que fue concebido por McCully, por eso en su primer relato The Curse of Capistrano, reconcilia al enmascarado con los poderosos de los Ángeles y su propio Diego de la Vega y señora; pero luego observa que eso no le da juego, y que interesa más que El Zorro, continúe luchando misterioso, y entonces esa treta de la secuela literaria, aunque le permite seguir ganando dinero, transforma a El Zorro y lo cambia radicalmente, porque un personaje que no muere, significa una semilla que crece sin control, y pasa de defender la propiedad privada y a caballeros sometidos a la guillotina de políticos o militares corruptos, a la búsqueda necesaria de otras injusticias para seguir siendo El Zorro;
pero además, una máscara que nunca es revelada, permite ser usada por cualquiera y no tiene dueño, ni siquiera su autor y su causa puede ser cualquier justa causa. Diego, inicialmente de igual peso, pasa a ser, su cuartada "de la Vega".

Y eso le imprime carácter de mito al personaje, y entonces enseña y muestra una estética a cualquiera que quiera defender bastiones de justicia frente a los abusos del sistema, príncipe o gitano.
Y permite a gentes de la Vega, de todo el mundo asumir posiciones beligerantes contra la injusticia allá donde la ven, claro que no lo hacen por haber leído, visto las películas o series de un enmascarado, lo hacen porque está en nuestro instinto, el mismo que uso McCully para escribir su creación fasciculada.

Podríamos ver un ejemplo de Señor de la Vega en Ernesto Guevara de la Serna, que asumiendo boina y fusil, más el apodo de El Ché, pasa de ser burgués cuando le apetece, a El Zorro, en un camino real, representado por Latinoamérica, y como un zorro, muere atrapado por la imagen del Ché y por los perros del sistema. Además, hoy todavía tenemos al Subcomandante Marcos enmascarado, en el que se intuye un De la Vega, atractivo y cortés en la palabra.

Claro, ¿pero la personalidad compleja y romántica que adquirió su personaje, es invención espontanea de McCully? no lo creo, él en realidad pudo beber directamente en fuentes, que tenían un cauce bien definido, desde un Pimpinela Escarlata enmascarado, obra de teatro estrenada en 1903 y como libro en 1905, con varias secuelas que sobrevivirían al nacimiento de El Zorro. (Hace falta solo un vistazo, para darle a Pimpinela el primer puesto como personaje inspirador del Zorro).
Hasta, otras basadas en historias reales pero noveladas y en parte asumidas como leyendas mexicanas en California, pero sin constancia que las hubiese conocido McCully antes de gestar su creación, pero no es inverosímil que pudiese haber oído sobre ellas, e incluso leído algún texto basado en los personajes históricos. Fueron las vidas de William Lamport (1615-1659) y la de Joaquín Murrieta (1830?-1878?).
Existe una fuente más antigua de ficción, que seguro conocía el autor, y que en mi opinión tiene una influencia indirecta más potente,
Don Quijote de la Mancha (1605-1615).

Pues, lo que sugiere McCully y sus posteriores sagas, es que el hijo de Alejandro de la Vega, primero influido por historias de persecuciones, injusticias vistas contra los más débiles y sus amigos indios, se metaforseará en Zorro. Después, en posteriores textos, además, le crean un pasado en letras y armas desde las tierras Españolas, sea como sea, el solo y desde la primera salida, hizo como Don Quijote, tomará la orden de la caballería andante, más ligero de armadura que el caballero castellano, más atractivo, consciente de su papel, mejor preparado para el uso de la espada y la guerrilla, menos platónico en sus amores y más Don Juan; menos culto en sus discursos porque McCully y después escritores o guionistas, no son Cervantes, pero en el fondo, un Don Quijote que vence sin ganar ninguna guerra y resulta gracioso en sus aventuras. Tiene escudero, espada, amadas que le aman, y caminos que recorrer, dos personalidades, parece loco en sus atrevimientos, es admirado, lleva la máscara como coraza, látigo en lugar de lanza, un sombrero en lugar de un yelmo de barbero, caballo e ideales clásicos. Pero a diferencia del Caballero de la triste figura, al llevar antifaz, cualquiera puede ser El Zorro, y al ser atractivo y risueño en sus luchas divertidas, todos desearían imitarlo, así que incluye lo que le falta a la figura de El Quijote para ser más adictivo, que nunca más admirado o íntimo modelo.
No está loco, pero si no deja nunca la máscara, tomada voluntariamente, tampoco podrá ser normal como cualquier De la Vega de su tiempo y quedaría atrapado en la locura de un personaje que le domina.
Que exista esta profundidad incorporada en El Zorro, permitida por la colonial herencia española en California, con su trasfondo quijotesco, es lo que según mi opinión, ayuda a diferenciarse a McCully, de lo que de otro modo hubiese sido una copia de la obra de la Baronesa Orczy y un Pimpinela Negro demasiado evidente.

Como verá hay muchos modos de ver el personaje, cuando Isabel Allende escribe su novela (que comenté en algún medio), reescribiendo al mito, no hace más, que lo que todos los seguidores del justiciero, hemos hecho, sumarle nuestra personalidad o deseos, ella suma juventud, romanticismo y zorresas, funcionando perfectamente como narrativa.
El interés comercial, Allende también lo tiene, usar un personaje que sabe embaucador y multimedia, para vender sus libros... para publicitarse.
Pero la fuerza del personaje y la historia, no es vendible, porque lo diga una multinacional o un departamento de inmigración americano, sino por claves que El Zorro sugiere y tenemos dentro, el Zorro es adoptable y bastante flexible, esa es su universalidad. Todo eso se utiliza, según usted sugiere, en un momento que la emigración mexicana vuelve a la agenda política en EEUU, pues la conexión me parece rebuscada, aunque posible.

Lo cierto, sería que si dejamos leer su análisis exhaustivo (desde mi punto de vista correcto), y el mío sentimental e intuitivo, pienso que vencería yo; porque El Zorro se soporta en la imaginación y fantasía de la gente y no en sus creadores y promotores especulativos. ¿Qué lo usan y han usado? no me cabe la menor duda, aunque la fascinación del personaje, vuela por encima de todos ellos; yo por ejemplo, nunca compré un libro ni un juguete de El Zorro, y la primera vez que lo vi, fue en mis amigos disfrazados, la máscara basta coserla con un trozo de tela en raso negro, me la cosió mi hermana, igual que la capa con un trapo, sombrero de cartón y el resto no tiene marcas y se construye con un palo o fierro y una cuerda.

La Marca © de El Zorro, no creo, que sea hispana, ni siquiera latina, mucho menos Anglosajona o made in USA, superó esas identidades inmediatamente, para convertirse en el Señor del Carnaval en nuestro mundo al revés, y en unos días lo veremos pasear en niños y adultos, disfrazados, por todos nuestros mundos.

¿Alguien sabe quién se oculta bajo la identidad del Señor Zorro?

Para ser un primer encuentro, me parece suficiente, pero no quiero acabar mi mala prosa, sin endulzarla con buenos versos, en boca de un personaje que a usted le gusta, Martín Fierro, él, si hubiese existido, seguramente habría disfrutado coincidiendo con El Zorro, he inspirado con sus muchas referencias.

118
Aunque es justo que quien vende
algún poquito muerda,
tiraba tanto la cuerda
que, con sus cuatro limetas
él cargaba las carretas
de plumas, cueros y cerda.

119
Nos tenía apuntaos a todos
con más cuentas que un rosario,
cuando se anunció un salario
que iban a dar, o un socorro;
pero sabe Dios qué zorro
se lo comió al comisario;

120
pues nunca lo vi llegar,
y al cabo de muchos días
en la mesma pulpería
dieron una güena cuenta,
que la gente muy contenta
de tan pobre recibía.

....

161
Pero esas trampas no enriedan
a los zorros de mi laya;
que esa ganza venga o vaya,
poco le importa a un matrero.
Yo también dejé las rayas-
en los libros del pulpero.

....

243
Viva el gaucho que ande mal,
como zorro perseguido,
hasta que al menor descuido
se lo atarasquen los perros,
pues nunca le falta un yerro
al hombre más alvertido.

....

296
Hagámosle cara fiera
a los males, compañero,
porque el zorro más matrero
suele cair como un chorlito;
viene por un corderito
y en la estaca deja el cuero.

....
765
"El zorro que ya es corrido
dende lejos la olfatea;
no se apure quien desea
hacer lo que le aproveche
la vaca que más rumea
es la que da mejor leche."

1181
Vive el águila en su nido,
el tigre vive en su selva,
el zorro en la cueva ajena,
y, en su destino incostante,
solo el gaucho vive errante
donde la suerte lo lleva.


Un abrazo Señor Don Rafael ¿de la Vega?, de su enmascarado admirador, y me despido con una sextina del "Gaucho" que me hubiese gustado para el final de "The Curse of Capistrano", e inicio de mi virtual visión sobre nuestro matrero Zorro:
Atención pido al silencio
Y silencio a la atención
Que voy en esta ocasión,
Si me ayuda la memoria,
A mostrarles que a mi historia
Le faltaba lo mejor.
J. de la Vega, Zorro+-----
http://lamaldiciondecapistrano.blogspot.com/
Escrito el 24 de Enero 2008 en la Entrada:
"La Z y las Erres de El Zorro, Señor del Carnaval"


Referencia a Martín Fierro: Versos del poeta y periodista argentino, José Hernández, de su obra "El Gaucho Martín Fierro", ir a página web.

NOTA: Pulsando en las portadas de los libros se puede acceder al texto pdf de los mismos en mi biblioteca personal.


Safe Creative #0904233113431

1 esgrimieron la palabra +-----:

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, Señor De la Vega:
FELIZ AÑO NUEVO 2013

Le deseo lo mejor, para todos y cada uno de los días.
Volveré con más tiempo, pues he visto que hay enlaces que han retirado los usuarios.
Le dejo este fragmento recitado del Martín Fierro, en la voz de
Francisco Petrone

Un abrazo.

P.D.: 1.- Me encanta su árbol de navidad con libros y luces.
2.- Estupendo el vídeo que ha añadido de la acción del hombre en el planeta.