como pétalo que cae
o molinillo que vuela
dispuesto a echar raíces
al soplo de la brisa
Me llamas ciudadano y me tutelas
como a un niño o niña
como al rey bobo
o a tu perro faldero
Por mi bien, me dices
por el orden, que es todo (y tú lo ordenas)
por mi futuro a la sombra de tu robo
a la sombra de tu herencia (que le restó a la mía)
¿Por qué no me dejas libre?
sin temor a castigo
y hablamos
entre todas las bocas que se abran
donde todas coman
todas rían
todas sean
todas valgan,
sin tu beso romántico de Judas
con mi beso con lengua.
¿Por qué no me dejas libre?
y así me aprendo
también a equivocarme
en mi nombre
junto al resto de nombres,
con mis libros
junto al resto de letras,
sin tus credos
sin tus himnos
sin tu farsa
en mi lengua madre y las hermanas,
desde mi cuerpo (no tuyo) unido a todo cuerpo libre
desde la memoria no tachada
desde la cuneta de tu patria
desde la riqueza de mi mundo
sin tu limosna democrática
con mi confianza en la otra
con las manos dispuestas a estrecharse
sin amores debidos
sin la exclusión de nadie
sin cuchillas que muerdan
sin pantallas que ladren
sin más frontera que aquella al horizonte
¿Por qué no me dejas libre?
Un día dejaré de preguntarte
me hallarás libre
mis aspas olvidadas
mis raíces crecidas
y mi pétalo
marcando las hojas de la historia
J. de la Vega Z+
1 esgrimieron la palabra +-----:
Buenas noches, Señor De la Vega:
He escuchado varias veces el recitado del poema. Y la música de fondo, de
‘Braveheart’, de James Horner.
Dejo el enlace de unas citas de William Wallace.
Saludos.
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